Marina y Julio, Julio y Marina. Aquella tarde que nos sentamos a hablar de vuestra boda, me trasmitisteis tan buen rollo, tantas ganas de que llegara, que acabé la cita con una motivación enorme, muy contento de que hubierais decidido confiar en mí. Supe que sería un día muy pero que muy especial.
Unos meses después, se nos plantó el ocho de octubre. Desperté, taza de café bien cargado y rumbo hacia Alicante decidido a darlo todo y a disfrutar a tope.
Si tuviera que resumir la boda de Julio y Marina, diría sin duda que fue un día que rebosaba VIDA. Preparativos llenos de alegría, buen ambiente, muchas emociones, lágrimas, abrazos, con damas y “damos” de honor incluidos, aportando aun más si cabe, a un día tan intenso.
Después de una ceremonia muy emocionante en la Basílica de Santa María, llegó el cocktail… y el convite. Resalto esta última parte porque no fue un convite convencional. Me quedé alucinado al ver la cantidad de gente con ganas de pasarlo bien, de no parar de bailar, de saltar, de vivir ese día al cien por cien… y es que cada mesa aportó sus momentazos junto a los novios.
Terminamos esta gran boda con unos buenos bailes y esas fotos que me encantan de los invitados dándolo todo en la pista.
De corazón, gracias, por confiar en mi trabajo, por tenerme tanto en cuenta y por permitirme compartir vuestros recuerdos.
Guau! Impresionante! Has avanzado muchísimo y son preciosas! Has captado lo mejor de cada momento y me parece genial y súper imaginativa esta boda y has tenido muchas ideas de fotografías grupales indispensables. Enhorabuena! Espectacular te veo en un buenísimo camino enmancipandote jejeje. Un saludo de la pareja de Murcia isleña, Carol y Raúl
Preciosas las fotos uummm y guapisimosssssss
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